- La primera vez que vayas a utilizar tu esponja vegetal de Konjac tendrás una esponja en seco, áspera y rugosa. ¡No te preocupes! Solo tienes que remojarla con agua templada antes de su uso para que absorba agua y se vuelva suave y blanda. Por lo tanto, el primer paso es siempre humedecerla con agua y dejar que se hinche un poco.
- Si estás muy maquillada, lo mejor es que te desmaquilles antes de utilizarla. De esta manera podrás mantener tu esponja facial Konjac limpia y en buen estado un mayor tiempo.
- Una vez desmaquillada la puedes utilizar tal cual, es decir, sin añadir limpiador ni jabón adicional, pues ella por si sola es capaz de eliminar todas las impurezas de la piel y limpiar los poros en profundidad. No obstante, si lo prefieres, puedes añadir tu jabón para el rostro preferido.
- Nosotros te recomendamos que uses un jabón sólido de Carbón activo.
- Masajea el rostro dando pequeños movimientos circulares con la esponja.
- Enjuaga con abundante agua templada hasta haber eliminado cualquier resto de jabón del rostro.
Después del uso enjuágala y aclárala bien, escúrrela y déjala secar. Es muy importante que se seque bien después de cada uso, así evitarás la proliferación de bacterias.
Para dejarla secar ayúdate del cordel que tiene incorporada. Así podrás colgarla para que se seque al completo.
Si quieres desinfectar la esponja de Konjac, puntualmente puedes hervirla unos minutos para eliminar todas las bacterias. Esto es tan fácil como colocarla en agua hirviendo durante 1 o 2 minutos, escurrirla y secarla.
Debes saber que la vida útil de la esponja es de unos 3 meses, aunque dependerá del uso que le des y de cómo la cuides.
Si la utilizas a diario, es posible que necesites cambiarla a los 3 meses, al ser natural y orgánica.
Una vez tengas que sustituirla por una nueva recuerda que, al ser un producto natural, podrás compostarla junto al resto de tus residuos orgánicos.